La danza ha formado parte de la Historia de la Humanidad desde el principio de los tiempos. La "danza" o el baile es la ejecución de movimientos utilizando la música con el cuerpo, los brazos y las piernas, con carácter lúdico , religioso o artístico.
Es una forma de expresar nuestros sentimientos y emociones a través de gestos finos, armoniosos y coordinados. El baile es la transformación del esfuerzo en gracia. Estudiar danza es aprender el lenguaje no verbal. Es nuestra forma más antigua de relacionarnos y de expresar nuestras emociones. Es la forma de expresión más universal. Es un arte bello, expresivo y emocionante. Una creación de belleza y es valedera por si misma, como obra bella. Es mágica en muchos aspectos, tanto para los que disfrutan con su contemplación, como para los que la practican.
¿Hace falta tener técnica para bailar? Se puede bailar con mucha técnica y poniendo muy poco sentimiento, es decir, sin transmitir. Pero también, se puede bailar con mucho sentimiento y sin técnica o con muy poca técnica. El baile admite a participantes con diferentes niveles técnicos. Un nivel bajo de técnica no debe ser una “excusa” para no poder disfrutar de esta maravillosa actividad.
El baile en pareja o grupal es una actividad de cooperación, no competitiva, donde la coordinación, el ritmo y la compenetración con la pareja son los protagonistas. Es necesario un “diálogo” corporal donde se comparten el espacio, el tiempo creando un movimiento conjunto entre participantes. El tema central es la música que inspira en la creación.
El baile es una actividad que puede desarrollar la creatividad. La expresión y creatividad, según Anita Harrow (1972), son la última etapa del desarrollo motor (“comunicación no discursiva”). Jewet (1974) establece las etapas de la habilidad motriz, empezando por movimientos generales, siguiendo por el movimiento organizativo y llegando al movimiento creativo.
La creatividad en el baile puede venir desde la creación de una coreografía, es decir, se preparan los pasos de baile para los dos integrantes de la pareja. Otra forma de crear, es que el chico decide con anterioridad al baile, los pasos a realizar, pero durante el baile envía señales a la chica, para que ésta le acompañe en su creación. Y por último, tendríamos la improvisación: en la que no se tiene nada preparado. El chico, en función de la música, crea su baile y lleva a la chica. Existe una parte creativa y otra de comunicación, que incluye la expresión corporal y el diálogo de señales entre la pareja. En las improvisaciones la creación fluye en sintonía total con la música. Es dibujar “en directo”, los sentimientos de la música, con movimientos. Este trabajo creativo se puede realizar tanto por parejas como por grupos de parejas.
El baile es, una actividad de ocio, socializadora e integradora. El baile es una actividad cooperativa por parejas o grupal, que establece lazos de unión entre los participantes y aporta un estilo de vida saludable.
El baile tiene un montón de aspectos muy didácticos: motrices, afectivos, de relación y creativos. Nos permite aprender, relacionarnos, divertirnos de forma sana, y además, se puede bailar toda la vida.
En definitiva, el baile aporta a la labor educativa: creatividad, convivencia, respeto, relación y ocio, a través de hábitos de vida saludables.